domingo, 30 de septiembre de 2012

Capítulo 12 - Héroe de Guerra

Tras comprobar que no había nada por los alrededores bajamos por un canalón hasta el suelo.
todo estaba muy silencioso, aunque era de esperar, no creo que fueran tan gilipollas de ponerse a hacer ruido.

-¿Dónde están? - me preguntó Din mirando el edificio.

-Pues, no lo se, pueden estar en cualquiera de las clases, aunque imagino que se habrán instalado en la planta de arriba, es más inteligente...

-Tú dirás...

Hice un gesto para que me siguiera y nos acercamos a la entrada del colegio. Sí, definitivamente estaban aquí, la entrada estaba reforzada con maderas y con unas cadenas por dentro.
Tendríamos que encontrar una manera de entrar, o bien, de que nos abrieran, pero no íbamos a ponernos a gritar.

-¡Ya lo tengo! - dije mientras rebuscaba en la mochila los Walkies.

-Sorpréndeme.

-Ellos llevaban Walkies también... espera, eso me lleva a pensar que debí de dejarme el mío en el coche... y.. ¡Joder! ¡También me dejé la espada de Eddie en el súper!

-Bueno, explícame tu plan.

-Ah, sí... bueno, que podríamos intentar contactar con ellos por el Walkie si conseguimos encontrar su mismo canal.

-No está mal... Adelante. - Din se quedó de brazos cruzados esperando a que lo hiciera.

-Si sacas también el que te dí antes y buscas conmigo tal vez acabemos antes...

-Tienes razón, tienes razón. - Sacó su Walkie de la mochila y nos pusimos a buscar a ver si encontrábamos alguna señal.

-¿Hola? ¿Me oye alguien? -Preguntábamos en cada canal que encontrábamos y esperábamos una respuesta que parecía no llegar.
De pronto se hizo el silencio en busca de respuestas por parte de ambos.

-¡Sí, sí, te oígo! - Sonó en el Walkie de Din. Era la voz de Eddie, sin duda. Me acerqué corriendo a Din y le quité el Walkie.

-¡Eddie! ¡soy yo! - Casi grité entusiasmado.

-¡Jey! ¡Estás vivo cabrón! ¡¿Dónde estás?! - Se oía de fondo la voz de todos murmurando, sorprendidos y alegrados.

-En la puerta del colegio, estáis dentro ¿Verdad?

-¡Joder, ahora voy a abrirte!

Medio minuto después allí estaban Eddie y Charlie abriendo la puerta para que pasáramos.
Cuando la abrieron se nos quedaron mirando durante una milésima de segundo con desconfianza, pero en seguida reaccionaron y se lanzaron a mi.

-¡Mamonazo! ¡¿Dónde te habías metido? !Pensábamos que no te íbamos a ver más! - Decía Charlie entusiasmado mientras me abrazaban y estrujaban con fuerza.

-No os libraréis de mi tan fácilmente. -Echamos todos a reír. Todos menos din, que parecía sentirse un poco ajena a aquello. Nos dimos cuenta y nos quedamos mirándola.

-¿Quién es la señorita con la que tienes el placer de compartir compañía? - Dijo Eddie con tono burlón.

-Es Din, digamos que sin ella probablemente no estuviera aquí. - Dije mientras la miraba a los ojos, cosa que hizo que se sonrojara, aunque intentara disimularlo y apartara la mirada.

-Bueno... yo... seguro que...

-Dejémonos de chácharas y vayamos dentro con el resto. - Interrumpí para dejar el tema.

-Sí, mejor. - Me siguió Charlie.

Tras cerrar de nuevo y asegurar las puertas, subimos a la segunda planta y después andamos un par de puertas más allá, y allí estaban todos. Había más gente de la que recordaba haber dejado la noche pasada.
Estaban Álvaro, que estaba abrazado a una de las dos chicas que recogimos, Carlos, un amigo nuestro que no pudo venir a la fiesta por que tenía cena con su familia y otra chica que no conocía.
Todos tenían unas tremendas ojeras y estaban muy pálidos, en especial la chica que estaba con Álvaro, aunque mi llegada parecía haberles devuelto un poco la sangre al cuerpo.

-Buenas. - dije, y en seguida se fueron levantando todos a saludarme y decirme que qué bien que estuviera bien y esas cosas de apocalipsis.
Álvaro me hizo un gesto para que fuera a saludarle ya que no parecía estar por la labor su amiga de levantarse. Me pareció un poco extraño... ¿Y si la habían mordido? No se, pero no inspiraba confianza.

-Hey tío.

-Buenas, me alegro de que estés bien.

-Sí, y yo. - El ambiente estaba un poco cargado, así que decidí apartarme un poco. Vi que Din estaba apoyada en la pared de brazos cruzados sola y fui con ella.

-Pareces un héroe de guerra que vuelve a casa. - Me dijo con una sonrisa, que no se por qué, pero  me parecía increíblemente sexy.

-Sí, bueno, nada a lo que no esté acostumbrado, jajaja. - Los dos echamos a reír, aunque no se si por la gracia o por la tensión. Tenía una mirada tan profunda... Creo que los siguientes cinco minutos estuve mirándola a los ojos sin enterarme de nada más.



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