martes, 10 de agosto de 2010

Capítulo 3 - Sangre bajo las ruedas

Los cuatro nos dirigimos hacia la casa del vecino propietario del coche que íbamos a coger y nos paramos enfrente de ella. Eddie se decidió a entrar el primero, así que todos le seguimos. En la casa no debería haber más de dos zombies, así que , no había que preocuparse mucho.
La puerta estaba abierta, y todo lleno de sangre, como nos habíamos acostumbrado a ver esta noche. Para darnos la bienvenida apareció Ramón, que era el dueño de la casa y el coche. No fue algo muy amistoso, Eddie arremetió contra su cabeza nada más verle.

-El tío era majo-nos aseguró Álvaro

-Sí, supongo que de no ser porque ahora mismo quería devorarnos, era un tipo majo-le respondió Charlie con un tono sarcástico.

-Sí, digamos que nos quería comer a besos-le respondí sarcásticamente.

-A ver -nos cortó el rollo Eddie- tenemos que ir de dos en dos, para buscar las llaves. Deben de estar en la habitación del tío éste…

-Che, che, che, con un poco de respeto, chaval-le interrumpí

-Eeemm, déjalo, bueno, pues eso, o también puede que estén en el salón.

-Vale, Charlie y yo vamos arriba, vosotros dos buscad por el salón, OK? –propuse.

-Vale, tomad una linterna y un walkie.

-Nos vemos aquí en 5 minutos en caso de que no las encontremos, y si alguien las encuentra, nos lo decimos por el walkie.

-OK

Charlie y yo subimos las escaleras para subir a la segunda planta en busca de la habitación. Primero entramos en la primera habitación que encontramos a la derecha.

-Ésta parece ser la habitación de los invitados, no creo que sea.

Seguimos por el pasillo y nos adentramos en una habitación más grande.

-Parece ser ésta voy a buscar por la mesilla, tu busca en otro sitio.

-Vale - contestó Charlie.

Me acerqué a la mesilla y justo cuando iba a abrir el primer cajón sonó el walkie.

-Bu! Que, ¿habéis encontrado algo?

-¡La madre…! , no me asustes así. No, estamos buscando, ya te diré.

-Vale, nosotros tampoco, adiós.

Nada más abrir el cajón aparecieron las llaves, ahí estaban.

-¡Hey Charlie, las tengo!

-Ok, vámonos de aquí ya.

De repente vi como detrás de Charlie aparecía alguien. Era la mujer de Ramón, y no parecía tan maja como él.

-¡Charlie cuidado! ¡Detrás de ti!

El zombie se abalanzó sobre Charlie, tirándolo sobre la cama.

-¡Aaaah!-gritaba Charlie intentado luchar por que no le devoraran el cuello.
-¡¿Qué pasa?!- se oyó a Eddie por el walkie. No tenía tiempo de contestarle, así que, opté por hacerle una lobotomía con la punta de mi espada a Dña. Carmen.
La sangre comenzó a brotar de su cabeza, ojos, boca, oidos, nariz... Charlie se la quitó de encima antes de que le cayera gota alguna en la cara.
-D-dios... tío...gracias...- dijo Charlie como pudo.
-Vámonos de aquí en cuanto antes.
Eddie y Álvaro aparecieron por la puerta asustados, y vieron como había quedado la mujer de Ramón sobre la cama.
-¿Qué a pasado?-preguntó Eddie asustado.
-Nada, que Charlie se ha echado novia- les dije bromeando.
-Imbécil... casi me muerde.
-Chicos, salgamos ya.
Todos bajamos las escaleras apresurados y nos dirigimos hacia el Jeep de Ramón.Le pasé las llaves a Álvaro, ya que conduciría él.
Charlie y Eddie se sentaron en los asientos de atrás y dejaron las mochilas a sus pies. Yo me senté en el asiento del copiloto.
Cuando Álvaro fue a arrancar vi como se acercaban a lo lejos un grupo de zombies. Cuando me fijé mejor me quedé petrificado. Eran todos nuestros amigos, los que estaban con nosotros hace media hora viendo una peli tranquilamente.
-Arranca, deprisa.
-Eso hago, ¿vale?
En esos momentos Álvaro arrancó. Los zombies, o nuestros amigos, se encontraban a menos de cinco metros. Cuando dimos la vuelta, un par de ellos golperon el coche con los brazos mientras gemían furiosos.
-Vale, ¿ahora dónde vamos?- preguntó Álvaro.
-Bajemos al pueblo y luego decidiremos que hacer.
Álvaro puso rumbo hacía el centro del pueblo. En la primera calle que pasamos ya comenzaron a salir más de nuestros amigos que acabaron besando el asfalto bajo las llantas del Jeep. Tardamos menos de dos minutos en llegar al centro y detrás nuestra se veía un rastro de sangre que había dejado las ruedas.
Allí todo parecía desierto, salvo por algún que otro muerto viviente que rondaba por ahí.
-Bueno, ¿ahora qué?
-Creo que deberíamos ir al supermercado a por más comida y a cojer lo que pueda servirnos.- cuando terminé la frase dos chicas pasaron corriendo a diez metros de dónde estábamos huyendo de tres zombies que las perseguían.
-¡Mirad, allí!-grité señalando en su dirección.
¿Qué podíamos hacer? ¿Ayudarlas y llevarlas con nosotros? ¿Deberíamos pasar, por si están contagiadas?

Capítulo 2 - Noche Sangrienta [Reeditado]

La película era muy sangrienta, como era de esperar, en la pantalla se veía como una chica corría por un bosque con niebla, mientras era perseguida por un zombie lleno de sangre, al que le faltaban cachos de carne, y que dudo que anduviera más rápido que mi abuela hacia atrás. A pesar de esto, yo no sé por qué, el zombie acaba atrapando a la chica y devorándola, mientras chillaba agonizante, -típico- pensé. Cuando acabó la primera peli algunos salieron a tomar el aire, otros comentaban:"¿Has visto como le salían las tripas al zombie ese?" o cosas por el estilo, mientras Eddie preparaba la próxima peli. Cuando todos volvimos dentro, Eddie pulsó el play, y comenzó la peli. No pasaron ni 5 minutos, y tuvimos el primer susto, aunque no fue precisamente por parte de la peli. David apareció por la puerta gritando para asustarnos, y con dos botellas de Whisky en la mano. David era el típico flipado del pueblo, que siempre estaba ahí para fastidiarlo todo y claramente, él no estaba invitado.

-Dijimos que nada de alcohol.-le advertí a David.

-Y a ti nadie te ha invitado.-dijo Álvaro furioso levantándose del asiento.

-Tranquilo-le susurré por lo bajo mientras le empujaba del pecho para que se volviera a sentar.

-Hey, hey, tranquilos, tranquilos, solo vengo a animar la fiesta.-intentó hacer creer.

-Anda, siéntate y no molestes.- dije volviendo la vista a la tele de nuevo.
Él asintió dejó las botellas en el suelo, con pintas de que en un momento u otro de la noche las iba a coger, y se sentó al lado de Clara, una chica de esas que es maja, guapa y a la que todo el mundo quiere llevársela a la cama, pero la verdad, no era mi tipo, era demasiado... "perfecta" para mí.


A los treinta minutos de la peli, David le dijo algo a Clara al oído, ésta se rió, y asintió.
Acto seguido los dos se levantaron y salieron por la puerta, no antes de que David alargara su brazo y cogiera una de las botellas de Whiskey que trajo. A mi en un principio me dio igual, mientras no molestara, y al resto de la gente también pareció darles igual, incluso alguno ni se enteró.
La peli estaba a punto de acabar cuando oímos gritos fuera. Todos nos apresuramos a levantarnos y a salir a fuera rápidamente.
De repente, cuando la luz de la hoguera pudo iluminarla, apareció Clara. Estaba pálida, manchada de sangre e iba llorando. No me había parecido que tuviera ninguna herida, no por lo menos ninguna que la pudiera haber llenado de toda esa sangre. Estábamos todos muy confusos.

-¡Socorro!- gritaba mientras corría hacia nosotros llorando- ¡David, David!

-Tranquila, tranquila- la dijo Marta, que era su mejor amiga-respira, respira, ¿qué pasa?

-A David le a atacado un hombre, parecía un vagabundo, no le vi bien, intentó atacarnos. ¡Id a ayudarle, rápido!-inquirió entre lágrimas.

-Ja, ja, ja, ja - Álvaro comenzó a reír a carcajadas, acompañado de unas cuantas personas más incluido yo, ya que, nos parecía que esto solo era una broma pesada, de esas que siempre anda gastando David.-Si claro, era un zombie, que ha venido a comernos el cerebro a todos, y ahora está devorándole las tripas.- dijo Álvaro con tono sarcástico levantando los brazos.

-¡Imbécil!¡Va enserio, por favor, ayudadle!- suplico Clara.

La verdad es que de todas las personas que estábamos la mitad no sabían que pensar, y ahora, yo, incluido estaba dudando. La historia era poco creíble, pero puede que no fuera exactamente como la contó: a lo mejor un viejo vagabundo borracho que pasaba por ahí le atacó, o un vecino enfurecido por el ruido que causamos. Nadie sabía lo que pensar.

-¡Deprisa!-la chica no podía más, parecía a punto de desmayarse.

Ya nadie se lo tomaba en coña, ni si quiera Álvaro, que miraba pálido y con gesto preocupado a Clara.

-Está bien chicos,-dije en voz alta- vamos todos a ver que pasa. Dentro hay linternas, coged una cada dos. Vamos-ordené a todos.

Al principio, nadie sabía si iba en serio o qué, pero en cuanto cogí un palo de la hoguera a modo de antorcha, todo el mundo tuvo claro que iba enserio.

-Álvaro, coge las navajas y cuchillos que hay dentro y sígueme.- le dije a Álvaro.
El sólo asintió, e hizo lo ordenado.

Tras decidir los grupos y las zonas de búsqueda, nos pusimos en marcha, en mi grupo íbamos: Álvaro, Eddie, Charlie y yo.
Nos dirigimos por el mismo camino por el que vino Clara. De repente, todos nos quedamos petrificados. Había un hombre agachado comiéndole las tripas a David. No sabíamos que hacer. Todo era muy confuso, demasiado irreal como para creerlo, pero, era verdad.

-¡Eh!, ¡Tú!- le gritó Charlie.

En ese momento el hombre, o zombie o lo que fuera, se dio la vuelta. Estaba lleno de sangre, le salían trozos de carne de la boca y parecía como si se le hubieran intentado comer unos perros. El zombie gruño y se levanto con intención de atacarnos. Yo intenté que no se acercara lanzando una estocada con la antorcha que llevaba hacia él. Le impactó en el estómago, pero él no hizo señas de dolor ni de querer parar.
-¡Madre mía! ¡Es un zombie de verdad!-Exclamó Eddie.

-¡Hay que matarle!- gritó horrorizado Álvaro.

-¿Qué? ¡¿Y cómo hacemos eso?!- dijo asustado Eddie.

-Hay que darle en la cabeza,- dijo Álvaro-, como en las pelis.

Todos nos quedamos en blanco y no teníamos idea acerca de los métodos, pero, no había nada mejor, así que decidí empezar a hacer algo antes de que nos saltara al cuello. Le arreé un golpe muy fuerte en la cabeza con la antorcha, éste se calló al suelo, pero no parecía estar muerto. Intentó levantarse, pero rápidamente Álvaro le lanzó uno de sus cuchillos a la cabeza, quedando incrustado en su frente. El zombie no parecía que fuera a librarse de esa, así que nos acercamos todos a ver a David.
Eddie no pudo soportar todo aquello, estaba pálido, aunque no menos que cualquiera de nosotros, y comenzó a vomitar.

-Dios mío, ¿que hacemos ahora?-dijo Charlie.

-No sé, llevémoslo para la caseta, rápido-les dije a todos.

En esos momentos llegaron Alberto, Mario, Fernando y Laura. Todos se quedaron horrorizados, sin palabras, más pálidos que el marfil.

-¡Rápido ayudadnos!- les ordenó Álvaro mientras desincrustaba el cuchillo de la cabeza del cadáver.

Cuando pudieron reaccionar nos ayudaron a levantar a David, o lo que quedaba de él, y a llevarlo hasta la caseta.

Todo el mundo se quedó de piedra sin saber qué hacer. Tendimos a David en el suelo, que aún parecía intentar respirar, a pesar de que la sangre llenaba sus pulmones.

-¡Llamad a una ambulancia!- exclamó Marta.

-Un momento, si lo que le atacó era un zombie, entonces él...-no pudo terminar la frase Álvaro.

-¡No digas estupideces!- le chilló soltando lágrimas Clara.- ¡Eso solo pasa en las pelis imbécil!

Todo se quedo en el silencio que nos ofrecía la noche, a pesar de los llantos que se oían, y de el sonido de los pulmones de David intentando expulsar la sangre.
Decidimos pasarlo a dentro y intentar tapar la hemorragia, que era una cosa estúpida, el chico iba a morir, eso estaba claro. Apenas pasaron 3 minutos y el cuerpo de David yacía en el suelo de la cabaña, empapado en sangre. La gente lloraba, estaba muy asustada, y no sabía qué hacer.
Por una parte, a mi me alegraba lo del chaval, la verdad es que era un estúpido, pero en el fondo me daba pena y tenía miedo como el que más, sobretodo, por qué pasaría ahora.

De repente David abrió los ojos y Clara se acercó a él llorando.

-¡David, estás bien!

Según terminó la frase este se abalanzó sobre el frágil y suave cuello de la chica, desgarrándolo por completo y dejando brotar la sangre. Todos chillamos y nos asustamos. Alberto intento separar al zombie de ella, pero éste, le mordió en el brazo haciéndole gritar.
-¡Deprisa, ayudadles!-gritó Marta.

-¡¡Jeremmy, pásame la botella de Whisky!!- me gritó Álvaro.

Si, ese era mi nombre, a mis padres les dio por ponerme un nombre americano. No es que me guste en especial, pero bueno.

Cogí la botella y se la lancé a Álvaro, que acto seguido la estampó contra la cabeza del zombie haciéndolo volver a caer al suelo; aunque eso apenas tuvo efecto en él. Eddie se acercó con el palo de una escoba, y atravesó el cráneo del muerto viviente a través de la cuenca del ojo con su increíble fuerza. A los que estaban más cerca les salpicaron los sesos y comenzaron la mayoría a vomitar. Juan se desmayó.
Charlie y yo salimos de la cabaña para evitar ver todo aquello, cuando oímos que se acercó alguien.
Las llamas de la hoguera dejaron al descubierto a otro ser de aquellos. Rápidamente Charlie cogió su guitarra, que estaba apoyada en la pared y le golpeó al zombie en la cabeza, destrozándose ambos.

-¡Corred, salid de aquí!-les dije a todos los que estaban dentro.

Me fijé que la pobre Clara, estaba a punto de morir ahogada en su propia sangre, allí, sin saber que pasaba, perdida en las afueras.

Eddie y Álvaro salieron de la caseta armados con un bastón y cuchillos, respectivamente. Álvaro desde pequeño le habían encantado todo tipo de artes marciales y cosas por el estilo, y siempre había ido a clases, de ahí su destreza para utilizar cuchillos como armas arrojadizas y demás. Nosotros le tomábamos de friki, pero eso parece ser que le iba a salvar el culo.
Yo cogí otro palo de la hoguera, que solo estaba ardiendo la punta y era resistente. Charlie hizo lo mismo.

Los tres corrimos hacia la salida iluminándonos con las antorchas y con una linterna que llevaba Álvaro. Saltamos la valla y nos dirigimos hacia la casa de Álvaro, que era la más cercana y de repente se nos cruzó otro zombie.
Eddie se adelanto y le arreó un bastonazo en la cabeza haciéndolo caer, tras esto, repitió lo mismo que le hizo al cráneo de David.

-¡Tíos, les hemos dejado solos!¡Y ellos no van a saber salir como nosotros!-nos acusó Charlie.

Tenía razón, pero ahora teníamos que sobrevivir nosotros.

Seguimos corriendo hacia la casa de Álvaro, la puerta de la entrada al patio estaba cerrada, pero la de la casa no. Me adelante esperando lo peor y salté la puerta, la abrí para que pasaran los demás, cuando apareció la hermana de Álvaro ensangrentada y con mordeduras. Era un zombie. No me podía imaginar lo mal que lo iba a estar pasando Álvaro, ya que, sus padres probablemente eran zombies. Salimos corriendo de la casa todos y yo me paré.

-¡Esperad!-les dije a todos.

La verdad es que la hermana de Álvaro nunca me calló bien, ni a mi, ni a ninguno de nosotros, así que según apareció le atravesé el ojo con el palo matándola.
Álvaro me miró con una cara un tanto extraña, que a la vez era de comprendimiento, dentro de las circunstancias, claro.

-¿Qué? Era un zombie.-le dije con tono de burla, a pesar de las circunstancias.

Alguno quiso medio reírse, aunque apenas lo consiguió.

-¡Oh no! ¡Mis padres!-dijo Eddie.-¡Vamos a mi casa!

Eddie vivía prácticamente al lado de Álvaro, y si los padres de él eran zombies, los de Eddie puede que también.
Corrimos hacia la casa de Eddie. Álvaro se quedó atrás y cerró la puerta de su casa, para evitar que saliera alguien más.
Álvaro siempre había sido una persona fría, pero en el fondo, era muy sensible. Las lágrimas brotaban de sus ojos. Estaba triste, pero aún más furioso. En esos momentos aparecieron dos zombies más de la casa de un vecino. Álvaro se acercó a ellos solo, con un cuchillo en cada mano. Al primero le clavó un cuchillo en la cabeza, así, matándolo, y al segundo le pegó una patada en el pecho, que le hizo caer violentamente contra el suelo, donde Álvaro decapitaría de una patada al zombie mientras gritaba de ira.

Todos nos quedamos quietos contemplando la escena.

-Vamos.-dijo Álvaro mientras pasaba al lado nuestro secándose las lágrimas y se dirigía a casa de Eddie.

Corrimos hacia la entrada, y cuando llegamos a la puerta de la casa, Eddie rompió a llorar. La puerta estaba abierta y el suelo lleno de sangre. Eddie entró en la casa llamando a sus padres, triste y enfurecido, entre lágrimas. Yo no pude evitar también soltar alguna lágrima… demasiada tristeza.
-¡Hijo!-se oyó desde una habitación

-¡Mamá!-gritó Eddie dirigiéndose hacia aquella habitación.

-¡Hijo mío! ¡Estás bien!-dijo su madre medio sollozando.

-Si mamá, ¿Y papá?-pregunto Eddie

-Estoy aquí hijo-dijo con una voz muy oscura.

-¿Estáis bien? Dejadme pasar-se preocupó Eddie

-No puedes Edgar...-le dijo su padre.

-¡¿Qué?! , ¡¿Por qué?!-quiso saber Eddie preocupado.

-Edgar, hijo... tu madre...-no terminó la frase.
Eddie se quedó pálido, su rostro mostraba un dolor inmenso. Todos nos quedamos en el sitio, sollozando.

-Edgar hijo mío, vete, por favor cuídate, ponte a salvo...-dijo su madre.

-¡No!¡Mamá por favor...!¡¡No!!-Agonizaba el pobre Eddie.

-Edgar,-dijo su padre con voz oscura y tranquilizadora- yo me quedaré con tu madre hasta el final, te queremos hijo. Vete por favor, y ten cuidado.-ahí se le quebró la voz y se notó como empezó a llorar.

-¡Papá!¡Mamá!...-Eddie estaba destrozado.

-Por favor hijo, vete, no sufras por nosotros, te queremos.-dijo su madre llorando.

-¡Adiós mamá!¡Adiós papá!¡Os quiero!-les dijo Eddie a sus padres llorando.

-Por cierto, cuidado con el perro, creo...-dijo su padre advirtiéndonos.-..que le han mordido.
-Está bien papá. Te prometo que estarás orgulloso de mi, ya lo verás, pienso vengaros...-les aseguró Eddie.

-Coged todo lo que necesitéis, armas, comida...protegeros bien, y no dejéis que os cojan...-dijo su padre- por cierto, en el sótano guardo un viejo revólver, hay mucha munición, está en una caja metálica detrás de la estantería, es todo tuyo.- le dijo su padre.

-Vale, adiós, os quiero...-finalizó Eddie llorando.

-Nosotros también, hijo.-le dijo su madre.

Todos nos dirigimos hacia el sótano siguiendo a Eddie. Cuando fuimos a bajar las escaleras, se escuchó un gruñido detrás nuestra. Era el perro de Eddie, se había convertido en un zombie y llevaba un mordisco en la espalda.
Todos nos preparamos para lo que viniera, pero de repente, el perro se desplomó. Yo para asegurarnos de que no nos iba a causar problemas e iba a ser un "perrito dócil" le aplasté la cabeza con varios pisotones, por si acaso...

-Dios que asco.-dijo Charlie

-Pero, ¿qué le ha pasado?-preguntó Álvaro.

-No sé, a lo mejor, no tiene el mismo efecto en animales, no soportan el virus o lo que sea y mueren.-supuse

-Pero si lo que les hace es que cuando muere les resucita y…

-Bueno déjalo, no hay tiempo-le interrumpí a Álvaro.

Eddie abrió la puerta del sótano y encendió las luces, fue directamente donde le dijo su padre que estaba el revólver, apartó la estantería y efectivamente, detrás de la estantería había un pequeño hueco en que se encontraba la caja metálica con el arma y la munición.
Tras coger el revólver Eddie se quedó pensando y mirando alrededor.

-¿Qué pasa?-le preguntó Álvaro.

-Creo que por aquí estaban guardadas un par de mochilas militares de mi hermano, vamos a cogerlas y a llenarlas de provisiones- dijo Eddie.

-¿Cuántas hay?-le pregunté.

-Dos, una la llevo yo y otra que la lleve Charlie

-Vale-sintió Charlie.

Eddie se acerco a un sillón viejo, lo movió, y detrás de él estaban las dos mochilas, grandes, del ejército, luego se acerco a la despensa y comenzó a llenarla de latas, bebidas...etc.
Yo mientras me fui a una estantería, y cogí la vieja espada de su padre.

-Ya tengo algo con que rebanar cabezas- dije por lo bajo.

-Ya está todo listo-dijo Eddie levantando las dos mochilas

Le dio una Charlie y nos fuimos de allí. Esperé a que todos subieran y me puse el último. Según iban pasando evitaban el charco de sangre y sesos del perro, menos yo.
En la salida nos encontramos con otro de nuestros amiguitos. En ese momento Charlie se adelantó atravesándole con una vara de hierro que andaba por la entrada.

-Oye, ¿no creéis que sería buena idea coger un coche?

-Tienes razón, deberíamos coger un coche grande... pero, claro, ¿dónde encontramos unos?-me respondió Eddie.

-Muy fácil, podemos coger el 4x4 del vecino.

-Buena idea…pero, necesitamos las llaves

-Je, je, je pues se las pedimos prestadas.

-Mmm, ya veo por dónde vas…

-¡Queréis entrar en la casa del vecino a por las llaves!-se escandalizó Charlie
-Efectivamente-le contesté

Capítulo 1 - Preparativos [Reeditado]


El despertador sonó exactamente a las 11:00, hora en la que este Viernes de verano quise levantarme por una única razón: Hoy por la noche íbamos a realizar una pequeña fiesta con algunos de nuestros amigos, en el local donde ensayábamos, que estaba en una parcela a las afueras del pueblo.
Había quedado en llamar  Álvaro antes de las 12:00 para quedar en ir a comprar lo que necesitáramos. Me apresuré a coger la ropa del armario y meterme a la ducha.
 Cuando hube terminado de secarme y vestirme corrí a dejar la ropa en el cesto para lavarla, y acto seguido me fui a desayunar. Eran las 11:30,-“He sido rápido”-pensé-, y como estaba solo, ya que mis padres se habían ido una semana a la playa de vacaciones y yo no quise ir, yo estaba de encargado de cuidar la casa y mantenerla limpia, ese era el trato, así que, como chico previsor que soy, la noche anterior deje todo preparado para que hoy no tuviera nada que hacer y así poder salir a tiempo sin madrugar mucho.
 Nada más terminar de desayunar dejé la taza en el fregadero y cogí el teléfono para llamar a Álvaro. Marqué rápido su número y le di a llamar. Solo hicieron falta dos tonos para que él respondiera.
-¿Si?
-¿Preparada, damisela?-le dije con acento burlón.
-Para usted siempre mi caballero,-me devolvió el la broma, y reímos los dos-, bueno, coge la bici y nos vemos en el parque para bajar a comprar.
-Ok.
Colgué el teléfono, cogí mis guantes y las llaves de casa y fui a por mi BMX. Al salir por la puerta me acordé de coger la cartera. Bajé las escaleras y monté en mi bici. Di pedales rápidamente  hasta llegar a un pequeño parque en el que habíamos quedado. No tardó mucho en llegar. En cuanto llegó nos pusimos en marcha hacia el supermercado.
-A ver, tu vete a coger las bebidas y yo voy por los aperitivos. Nos vemos aquí en 3 min.-le aclaré rápidamente.
-Vale.-me respondió y fue en su dirección.
Me dirigí hacia la sección de snacks y cogí bolsas de patatas y guarrerias por el estilo.
Luego fui a la sección de dulces a coger bollos y demás, y los iba metiendo en el carro. Teníamos bastante presupuesto, pero decidí que ya había bastante, además, le dijimos a los que vinieran, que trajeran algo de comer o beber.
 Ande mirando tranquilamente los estantes ,por si veía algo que podía coger, mientras me dirigía hacia donde habíamos quedado.


 Cuando llegué el ya estaba allí. Iba cargado con un montón de botellas de cola, gaseosa, y demás tipos de refrescos, eso si, nada de alcohol, ya habíamos dejado claro con anterioridad que no iba a ver ningún tipo de bebida alcohólica, ya que la fiesta la montábamos él y yo, y ninguno de los dos tomábamos alcohol. Esto último quizás quito a un par de personas de venir, pero bueno, no nos importaba, iba a ser una fiesta con: hoguera, chicas y por supuesto, mucho Rock 'n' Roll.
En cuanto estuvimos listos nos metimos en la primera cola que vimos, que, como era primera hora de la mañana, no había mucha gente. Cuando pagamos, metimos todo en bolsas, que repartimos entre los dos, y enganchamos a el manillar de las bicis para subirlas empujando.

Una vez llegamos, nos tiramos cada uno en unos pequeños sillones que teníamos dentro de la caseta.

-Venga, no seas vago, mete todo en la nevera y guarda las patatas.-me dijo de broma y casi sin aliento.

-Que te den.-le dije exhausto, y le tire uno de mis guantes, sin fuerza, a la cabeza.

Los dos estábamos algo cansados, era verano y hacia , precisamente hoy, un calor infernal que no ayudó precisamente a subir toda la comida y bebida hasta aquí, ya que no vivíamos en el centro del pueblo, si no, casi en las afueras, aunque la verdad: era un pueblo pequeño.
Yo me levanté y me puse a vaciar las bolsas para meter cada cosa en su sitio. Al ver que él no hacía nada por contribuir, me giré y le mire con ojos de asesino.
-¿Qué?, para eso te pago.-dijo burlándose. Se rió a lo que yo le seguí y enseguida se levantó y se puso a ayudarme.

Eran las 12:30 para cuando teníamos todo recogido. Habíamos quedado en comer una pizza en mi casa, y luego llamar a la gente para que confirmara la asistencia y decirles a que hora venir.
A las 16:00 estaba casi todo listo para la fiesta, solo faltaba una cosa: preparar los instrumentos para tocar y dar un buen ambiente con Hard Rock del bueno a los invitados. Nos reunimos con el resto del grupo en el local a las 16:30, y nos pusimos a preparar todo y a ensayar el repertorio de temas que tocaríamos.

-Oye tíos, ¿y si traemos alguna película de miedo para verla?-propuso Carlos,  más bien conocido como Charlie.

-¡Que buena idea!- exclamé entusiasmado, ya que me encantaban las películas de miedo, y además, quieras o no, así hay más posibilidades de ligar.
-Vale, bien - medio balbucearon unos cuantos.

-Yo puedo traer alguna película en plan poltergeist, zombies y polladas de esas que tengo en mi casa - dijo Eddie bajando el volumen de su bajo.

-Pues vale, tráete más de una si es posible, mejor tener algo más por si acaso.-le propuse.

-Bueno, no sé, ¿seguro que no tendréis miedo?- dijo burlándose de todos Álvaro.

-Ja,ja,ja, a lo mejor el que tiene miedo eres tú.- saltó Charlie.

-Bueno venga, Eddie, vete a por las pelis, que son ya las 19:00, la gente debe estar a punto de venir, nosotros seguiremos ensayando.- Propuse a Eddie, que dejó su bajo y salió del local.

-Vale, ahora vuelvo, ¡adiós!-se despidió


          




Nosotros seguimos ensayando hasta que empezó a venir la gente, a eso de las 19:30, hora acordada, y empezamos a sacar un poco de las reservas de panchitos y patatas que teníamos. En ese momento, cuando, en principio, no faltaba nadie, empezamos a tocar.
Cuando la gente dejó de silbar y a gritar: "Guapos, sois mis ídolos" y cosas por el estilo.

 La primera canción que tocamos fue Back in Black, de AC/DC que tuvo éxito entre la gente, ya que saltaba y la cantaba. Esta misma aceptación tuvieron, increíblemente los 4 temas siguientes: Hay Poco Rock N Roll de Platero Y Tu, seguido de un par temas de Airbourne y Led Zepelin, finalmente acabamos con You Shook Me All Night Long de AC/DC.


 Al terminar, hice amago de romper la guitarra contra los amplificadores y de lanzarme contra el público, un gracias, que digamos: tuvo gracia. Aún quedaba alguno que seguía diciendo:"¡Otra!", solo por tocar las narices.

 El concierto acabó a las 20:15, más o menos, y entonces decidimos sacar el resto de comida y bebida, entonces me acerqué a la mini cadena y puse un disco de varios grupos que tenía.

La bebida y las patatas se iban consumiendo con el tiempo, algunos, se iban  detrás de unos árboles o pequeños matorrales, a pasárselo mejor aún con alguna persona del sexo opuesto, aprovechando la falta de luz a esas horas. A las 23:30 avisamos a la gente que íbamos a poner la película, y entraron todos, excepto alguno que prefería hacer otras cosas fuera, en la hoguera, o simplemente no reconocía que le daba miedo.