sábado, 16 de marzo de 2013

Capítulo 14 - Tres de azúcar en el café

K.O. Era lo que mejor definía cómo nos sentíamos todos a la mañana siguiente.
Realmente no era físico el agotamiento, si no también mental, todo esto nos superaba.
Incluso aunque me hubiera imaginado alguna vez algo así, nunca habría estado cerca de esto.
Sabíamos que nada iba a volver a ser cómo antes, y mucho menos nosotros mismos.

Tan pronto como me levanté me acerqué al comedor del colegio y preparé un par de cafés. Solo dos.
En aquél sitio parecía que el tiempo se había parado, no tenía nada que ver con lo que había fuera... todo era tan normal, tan natural, tan real...

Quería terminar de hacer muchas cosas, cumplir muchos deseos y sueños, pero todo eso se fue.
Un día de tu vida te das cuenta de cómo las cosas pueden cambiar sin ni si quiera preveerlo.
Incluso después de todo, quería seguir haciendo todo lo que quería hacer. No iba abandonarme a mi mismo.
Es cierto que a veces no vemos las cosas como realmente son, y nos dejamos guiar por el miedo.
Repetimos nuestros mismos pasos, para equivocarnos otra vez, aunque creemos hacer bien.
Otras veces no nos damos cuenta de que simplemente hay que saber ver las cosas desde otra perspectiva para encontrarles el significado, a pesar de que nos cueste verlo y entenderlo.

Sin darme cuenta había estado casi media hora allí contemplando todo aquello y reflexionando mientras el café seguía sin dueño. Justo cuando iba a subir a llevarle el café a Din apareció Andrea en la cafetería.

-Vaya, ¿ya estáis todos despiertos?-le pregunté.

-Bueno, si se puede decir que estuviéramos durmiendo...- Evidentemente nadie había descansado esta noche, y menos aún cuando a las 6 de la mañana te despiertan con gritos.-¿Tu que tal has dormido?

-Poco y mal la verdad, pero bueno, no hay nada que no arregle un buen café, ¿quieres?-le tendí la taza que iba a ser para Din y ella aceptó gustosamente. Bueno, no tenía ningún compromiso así que podía darle esa taza de café a quien quisiera.

-Muchas gracias.-me dijo sonriendo tímidamente detrás de la taza antes de dar el primer sorbo.

-Oh, se me olvidaba, no lleva azúcar.-Claro, por que habíamos sido tan imbéciles de no coger azúcar del supermercado.

-Ja,ja,ja, no importa.

-¿Segura? Siempre puedo pasarme un momento a 'comprar' un poco al super...-Los dos echamos a reír durante unos segundos, más no se podía pedir. En aquellos momentos cualquier signo de felicidad era algo muy grande, y antes es algo que no apreciamos. - No en serio, seguro que hay por aquí, pero como estoy medio empanado pues no se me ha ocurrido buscar. Si a mi sin azúcar no me gusta.- Me metí de nuevo en la cocina a buscar azúcar. En una de las estanterías encontré un bote lleno de sobres de azúcar típicos de bar.- Bien, aquí tenemos azúcar para bastantes cafés. Toma.

-Gracias. Tres de azúcar en el café...

-...la vida ya es bastante amarga.- Platero y Tú, esta chica era de las mías.

-Ja,ja,ja, me encanta...

-Sí...-Ambos nos quedamos tomándonos el café tranquilamente en una de las mesas del comedor mientras hablábamos de nuestras cosas. Yo conocía a Andrea de años atrás, pero nunca habíamos tenido una relación muy estrecha que digamos y me arrepiento la verdad, por que era una chica muy maja y además con unos gustos iguales a los míos.


Ya era casi la 1 de la tarde cuando nos decidimos a volver arriba con una bandeja con leche, café y azúcar para que desayunasen todos, idea de Andrea, para que mentir.
Cuando estábamos a tres puertas de donde estaban los demás comenzamos a oír gritos y alboroto. Intenté dejar la bandeja en el suelo sin derramar nada y salimos corriendo a ver que pasaba.
Era Jenny, la amiga de Andrea, se estaba transformando y decían que no la habían mordido.

-¡Malditas zorras! ¡Sabía que no las teníamos que haber recogido! - Dijo Eddie violentamente en cuanto vio a Andrea entrar por la puerta. ¡Mira! ¡¿No decíais que no la habían mordido?! ¡Mentirosas!- Andrea no tenía la culpa y se debatía entre la vergüenza y miedo de que Eddie la gritara y acusara, y ver a su amiga muriéndose.

-Yo.. y-yo...-intentó decir algo pero solo conseguía balbucear entre sollozos.

-¡Es vuestra culpa!

-¡Eddie! ¡Tranquilo! ¡Ella no tiene la culpa de nada!-intenté calmarle pero estaba hecho una furia.
Mientras tanto Charlie y Din observaban en una esquina aquel drama, sin culpar a las chicas pero sin dejar de hacerlo. Álvaro estaba agarrando a Jenny, llorando, diciéndola que no se fuera. Álvaro y Jenny si que habían tenido más relación y siempre hubo algo entre ellos, ahora solo hay muerte.

-¡Álvaro joder apártate de ella!- le dije mientras buscaba el revólver de X, juraría que lo llevaba encima por la noche. Andrea gritaba, no quería que le hiciéramos nada a su amiga. Charlie se le acercó y la intentó sujetar. Eddie apartó a tirones a Álvaro de Jenny mientras este apenas oponía resistencia por que sabía lo que pasaba. De repente sonó un ensordecedor y seco disparo, después todo quedó en silencio. Los sesos de Jenny manchaban el suelo y la pared de la habitación. Había sido Din. debió de coger el revolver mientras dormía y eso no me hizo mucha gracia.
Volvieron a oírse llantos y gritos pero todo eso ahora quedaba en un segundo plano. Mi mirada estaba fija en la de Din y lo que veía reflejado no me gustaba. Tan fría como para haberle volado la cabeza a esa chica y no inmutarse.
Estaba enfadado con ella por haberme robado el revólver, sí, pero más que eso estaba decepcionado. Y si podía confiar en ella, ahora desde luego que no.